Un homenaje a Agustín Gordillo
Agustín Gordillo es un genio. Literal dirían los adolescentes por estos tiempos: quien posee “capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables” según el diccionario de la Real Academia Española. Sus obras hablan de ello junto a su obsesión por que cada párrafo y cita debían estar continuamente actualizados.
Me diría ¿“Gutiérrez a Ud. le parece? ¡Citan partes de mis libros sin la última actualización”! Claro, la última cita había sido actualizada por sus manos minutos antes y era la actualización número…. Aquello que se ocultaba detrás de su revolucionario gesto de publicar todas sus obras de libre acceso en su sitio web era una trampa mortal para quienes lo leíamos habitualmente. ¡Debíamos estar continuamente revisando sus frecuentes actualizaciones antes de intercambiar con él! Demostró generosidad, claro a manera de un genio.
En Ushuaia al tiempo de realizarse las jornadas tradicionales de nuestra Asociación Argentina de Derecho Administrativo, las número 45 en el año 2019, mostró un nuevo gesto de generosidad: ¿Pablo podremos organizar un día antes del inicio de las jornadas un encuentro con personas que deseen no perder el tiempo, ni hacérmelo perder a mí? ¡Y ahí estábamos otra vez al borde de abismo, una vez más! Claro que organizamos ese encuentro un sábado a la mañana en la hermosa Ushuaia rodeados de aquellas personas que habían comprendido la premisa – no perder el tiempo ni hacérselo perder a él -. Luego llegarían las Jornadas y Agustín nuevamente haría de Gordillo.
No soy quién para hablar aquí y ahora de sus libros, de su obra, pero sí como docente sugerir a quienes deseen explorar el maravilloso mundo del derecho público con especial profundidad desde el derecho administrativo y global que lean sus libros. No tienen excusas, no tenemos excusas. Allí están on line de manera gratuita en www.gordillo.com.
Un tiempo atrás le dije: “Ud. no es consciente me parece de la 'escuela' de pensamiento que ha creado en todos estos años. En mis clases por Iberoamérica no ha habido un sólo curso en que no mencionaran sus ideas”. Me miró con esa mirada indescifrable y me dijo: “no me he dado cuenta de ello”. Claro, le repliqué, “Ud. no se ha dado cuenta de ello porque esta “escuela” de pensamiento no posee el ropaje tradicional ya que Ud. no lo es, pero créame existe y lo transcenderá a Ud”. Porque a los genios tan solo los superan sus propias obras.