Se trata de uno de los acuerdos más importantes del Siglo XX. El mismo evitó la “escalada” de un nuevo conflicto a nivel mundial por el control del continente antártico.
El 1º de Diciembre del año 1959 se firmó en Washington D. C., Estados Unidos, el pacto conocido como “Tratado Antártico”. En el pacto en cuestión fueron suscriptores Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Sudáfrica, y la Unión Soviética (hoy en día “Federación Rusa”).
Una breve reseña histórica es oportuna para entender el contexto de la firma del tratado.
La Antártida siempre ha sido un continente bastante “desconocido” para la mayoría de las personas. Fue “descubierta” en el siglo XV, pero no es hasta el año 1900 cuando se llevan a cabo diferentes expediciones científicas y se asientan los primeros pobladores.
Los primeros conflictos por la soberanía de la Antártida surgen a principios de la década de 1950, cuando Reino Unido demanda ante la Corte Internacional de Justicia a Chile y Argentina, para desestimar sus reclamaciones soberanas sobre el continente.
Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética intuyendo que las diferentes controversias sobre la región ocasionarían un nuevo conflicto armado a escala mundial, decidieron resolver la cuestión por la vía diplomática.
En consecuencia, el presidente de Estados Unidos en ese momento, Dwight D. Eisenhower” extendió una invitación formal a todos los países que hubieran participado en investigaciones científicas en la Antártida hasta ese momento, a fin de conformar una “Conferencia Antártica”, y resolver la cuestión de manera pacífica.
Las negociaciones duraron aproximadamente 2 años, terminando con la firma del tratado, el 1º de diciembre del año 1959.
El acuerdo versaba sobre los siguientes puntos,
La Antártida se debe usar exclusivamente para fines pacíficos, prohibiendo cualquier tipo de medida de carácter militar. Se le debe dar un uso exclusivamente científico.
Los países podrán intercambiar información sobre investigaciones científicas acerca de la Antártida.
No se podrá bajo ningún concepto, realizar explosiones nucleares en la Antártida.
Se delimita los límites fronterizos entre los países firmantes y se elimina toda disputa soberana entre ellos.
Crea 2 organismos internacionales de cooperación (Comité Científico para la Investigación en la Antártida- que une a todas las instituciones científicas del mundo con miras en la Antártida- y Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales- que coordina las actividades entre los distintos países firmantes).
Los representantes de Argentina en la firma del tratado fueron Adolfo Scilingo y Francisco Bello.
El pacto entró en vigor el 23 de junio de 1961. Tiene vigencia indefinida y no ha sufrido enmiendas hasta la fecha. Puede ser modificado por la unanimidad de los miembros consultivos o luego de los 30 años de vigencia, por la mayoría de miembros presentes en una conferencia convocada al efecto en la que pueden participar los miembros no consultivos.
A partir del año 2048 cualquiera de las partes consultivas del tratado podrá solicitar la revisión de este y todo su sistema normativo, con la aprobación por mayoría relativa de sus miembros.
La firma del “tratado Antártico” permitió preservar la paz y el orden a nivel mundial, en un contexto complejo como lo fue “la Guerra Fría”. En ese escenario, representó un notable avance la comunidad internacional en vistas de la preservación del continente antártico y disipó peligros bélicos al respecto.