La brillante jurista estuvo a cargo del cierre de las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil, donde expuso sobre la razonabilidad en el Código Civil y Comercial.
"A veces las cosas se comprenden mejor si no se definen. En el Derecho, pese a la voluntad de racionalizar, siempre quedan sombras. ¿Es cierto que el Código Civil y Comercial regula las relaciones entre las personas que son razonables?".
A partir de una reflexión y una pregunta, la ex jueza de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, Aída Kemelmajer de Carlucci, comenzaba su exposición en las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil. La mendocina, como presidenta honoraria y anfitriona en sus tierras natales, estuvo a cargo del cierre del encuentro que reunió a docentes, profesionales y estudiantes de Derecho Civil de diversas partes del país.
Las jornadas, transcurridas entre el 22 y el 24 de septiembre, contaron con las palabras de apertura del ministro de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, acerca de Las nuevas tecnologías y su impacto en el Derecho Privado. También, la catedrática en Derecho Procesal de la Universidad de Paris Nanterre, Soraya Amrani-Mekki, expuso en una conferencia plenaria sobre Justicia predictiva. Asimismo, cabe destacar el trabajo en comisión de los distintos profesionales sobre los paneles temáticos de Derecho Civil que dieron fruto a las conclusiones de esta edición.
Luego de ello, tanto expositores como asistentes, se reunieron en el Auditorio Ángel Bustelo para el cierre final. La Doctora en Derecho, Kemelmajer de Carlucci, en esta oportunidad, reflexionó sobre un concepto simple en su sentido, pero complejo en su profundidad, y aplicativo a cualquier rama del Derecho: la razonabilidad.
Después de un repaso por cuestiones históricas que a la luz de la situación actual se ven como claramente irrazonables, se preguntó: ¿El ordenamiento vigente es siempre razonable? ¿Las pretensiones de los más vulnerables son siempre razonables? ¿El proceso es siempre razonable?
Las palabras de Aída activan el proceso de reflexión de quien la escucha. Sin embargo, en esta ocasión, no solo despertó ese proceso, sino que instó a que se le exija razonabilidad al legislador, al poder ejecutivo, al juez, a los privados en sus relaciones jurídicas. Evocando a la obra de arte El Grito -Skrik- del noruego Edvard Munch, hoy exhibida en la Galería Nacional de Noruega, llamó a "pegar un grito y exigir razonabilidad".
Si bien el propósito de su exposición no fue dar un concepto de la razonabilidad, sugirió algunas líneas interpretativas. En ese sentido, explicó que a la razonabilidad hay que encontrarla dentro del sistema jurídico; el juez, como operador del sistema jurídico, no debe aplicar su moral subjetiva, sino porque la seguridad jurídica exige un criterio que, dentro del principio de legalidad, contribuya a encontrar una solución en el momento de aplicación que, entre todas, es la preferible conforme la lógica del sistema y de sus valores constitucionales.
A la razonabilidad hay que buscarla dentro del sistema jurídico, sostuvo. Así, menciono los primeros artículos del Código Civil y Comercial, el artículo 2° que señala que ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos; y el artículo 3° que ordena a jueces y juezas a resolver los asuntos que sean sometidos a su jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.
Esto, se pregunta Kemelmajer, ¿es un cheque en blanco o un plus de exigencia?. Muchas preguntas, marcaba en su exposición, pero también algunas certezas que enfaticamente destacó, como que "la razonabilidad es el comodín más eficaz para no caer en la arbitrariedad", en razón de ser un instrumento de lucha contra los absolutos.
Para terminar, en un cierre inolvidable, marcó que las murallas tambien sirven para enseñarnos a volar, marcando que "estas jornadas son una muralla entre lo que fue y lo que será. Ojala podamos volar", mientras el auditorió cantó y bailó al ritmo de los enanitos verdes.
Las Jornadas Nacionales XXVIII de Derecho Civil fueron una buena razón, una buena razón para escuchar a una de las voces más importantes del Derecho Civil de nuestro país.
Accedé a las conclusiones de las Jornadas.